El movimiento de la justicia ambiental surge para hacer valer la aplicación del derecho a la salud y a un medio ambiente sano para los ciudadanos, como una concepción de reivindicación social, un nuevo paradigma que da certeza y equilibrio sobre la distribución de las implicaciones ambientales positivas o negativas en un territorio determinado.
Sin embargo, con el paso del tiempo, la justicia ambiental aparentemente ha sido desarraigada del ambito político, jurídico, administrativo y social, pues no obstante que ha sido insertada en documentos legislativos, programas gubernamentales y en el ámbito de las estructuras orgánicas de entidades públicas, en la realidad no se reflejan los postulados que dieron vida al movimiento, y como ejemplo se plantea el caso de estudio en el que se evidencia que a más de treinta años del nacimiento de la justicia ambiental, aún hay mucho por hacer para que ésta verdaderamente sea aplicada en nuestra vida cotidiana.
La vida digna de los seres humanos y de las distintas biodiversidades, es un derecho inegable, la Casa Común, requiere ser atendida, al igual que los pobres, clama por justicia, espera la conversión ecologica de la humanidad que aporte acciones sostenibles y perpetue la Creaciónque Dios nuestro Señor nos otorgo.