Los cuatro ejes de trabajo en que se divide la dimensión, pretenden atender 5 diferentes líneas de acción divididas en:
Ecología ambiental
Atender las necesidades que clama nuestro planeta mediante el cuidado, la recuperación y la restauración de los ecosistemas. Otorgando de esta manera la posibilidad de restaura y devolver la grandeza de la Creación que Nuestro Señor nos confió.
Ecología económica
Promover en nuestras comunidades los sistemas de producción, distribución y consumo orientados al cuidado de la naturaleza y de las personas, enfatizando las prácticas de Economía Solidaria y Economía Circular.
Ecología social
Fomentar acciones comunitarias que fortalezcan las relaciones justas en los ambientes de producción, el medio ambiente y los espacios culturales, recreativos y de esparcimiento.
Ecología cultural
Proporcionar acompañamiento en procesos que fortalezcan la recuperación y construcción de conocimiento sobre el cuidado de la creación impulsando del tejido de redes sociales y colaborativas.
Ecología humana
Promover los estilos de vida con base en una espiritualidad Cristiana que fomenten la integridad de las relaciones humanas en pro del cuidadores de la casa común.
Acciones de trabajo:
Formar equipos levadura para acompañar y animar procesos de Ecología Integral.
Observar, sistematizar e incidir en los conflictos socioambientales para acompañar a las comunidades afectadas y propiciar procesos de paz y de justica del territorio, cuidado de los ecosistemas, dinámicas comunitarias y productivas.
Promover la formación espiritual de los campesinos y una conversión ecológica de todos los cristianos.
Promover escuelas campesinas de ecología integral en sectores rurales para el intercambio de saberes y la promoción de buenas prácticas de agricultura, especialmente en la agroecología.
Animar la recuperación de espacios públicos, ríos, bosques, parques, tiraderos, etc., para la formación de una ciudadanía ecológica y la integración de comunidades de aprendizaje y cuidado de su casa común.
Promover espacios eclesiales como templos, oficinas, casa de religiosos, casas de retiros, entre otros, para que se asuma una cultura de cuidado y cosecha del agua, papel, separación de residuos, energía, compras solidarias, huertos de traspatio, reverdecimiento, ecología humana entre otros, como estilos de vida de quienes habitan esos espacios por trabajo o por visita.
Promover una agricultura agroecológica, así como el rescate y conservación de semillas nativas, locales y regionales que incida en la alimentación de las comunidades.
Promover centros agroecológicos de formación y promoción de proyectos productivos, así como de ecotécnias.
Animar en las comunidades la identificación de su territorio para la creación de propuestas de planeación participativa para el manejo de las cuencas bajo los enfoques hidroagroecológico y de comercio justo.
Enaltecer las prácticas de los pueblos originarios por el cuidado de la madre tierra.
Promover estilos de vida y de consumo que sean acordes a los ciclos de la naturaleza y no para la explotación.
Incidir en políticas públicas para promover leyes justas con las comunidades, que prioricen el desarrollo en lógica del Buen Vivir y no la generación de más dinero en pocas manos.
Promover proyectos productivos comunitarios que cierren el ciclo productivo desde la materia prima, pasando por la producción (transformación), distribución y consumo; promoviendo las dimensiones de la ecología integral.
Generación de subsidios para la catequesis en diferentes edades, para que los cristianos asuman el compromiso con la tierra y para que todas las pastorales de la iglesia tomen transversalmente el cuidado de la creación como un área de su pastoral.